Las acciones a balón parado, suponen una oportunidad tan válida, espectacular y eficaz como cualquier otra acción del partido, para demostrar el talento individual y colectivo de los futbolistas. No sirven para el lucimiento personal del entrenador, puesto que lo que realmente pretende el técnico es ofrecer una gama, más o menos amplia, de soluciones a distintos problemas que el juego plantea, de entre las cuales los jugadores han de escoger la que consideren oportuna, al igual que ocurre con las jugadas en las que el balón está en juego.
Las jugadas de estrategia forman parte de ese conjunto de factores entrenables. No practicarlas metódicamente durante la semana, estudiando sus particularidades, adaptándolas a la plantilla de que disponemos, es darle mucha ventaja al adversario, sea cual sea la competición en la que nos encontremos.
Debemos desterrar entre todos la falsa imagen que tienen las Acciones a Balon Parado de acciones mecanizadas, que coartan la creatividad del jugador, cuando lo que se pretende es precisamente todo lo contrario, elevar el número de posibilidades de juego, aumentar la capacidad discriminativa del futbolista, así como mejorar su atención y concentración, etc.
Es cada vez mayor el número de encuentros que se resuelven o encaminan gracias a la perfecta ejecución de un saque de esquina, de banda, golpe franco o penales, por lo que se hace necesario contar con jugadores especializados en estas jugadas, considerando, también, que todos los integrantes de la plantilla, tienen el deber de interpretar y entrenar todas estas situaciones tácticas del equipo, sin aislar a una parte de ella, aunque alguna vez recurramos a estos futbolistas específicos, pero sin que ello lo tomemos como base para nuestros entrenamientos de la táctica a balón parado.
Nada puede dejarse a la improvisación si lo que se busca es el éxito, nosotros los entrenadores tenemos la tarea de concebir y diseñar las mejores propuestas de entrenamiento para nuestros equipos, barajando todos los parámetros entrenables y estudiando las cualidades de nuestros jugadores (técnicas, tácticas, físicas y psicológicas), para la consecución de nuestros objetivos.
